Reflexión acerca de la película homónima protagonizada por Charles Chaplin, a propósito de la lectura del capítulo 1 El antisemitismo como un insulto al sentido común, del libro Los orígenes del totalitarismo.
1. Antisemitismo, de Hannah Arendt.
MAX. LUGO.
Arendt sostiene en esencia, que el antisemitismo reivindicado por los nazis como su principal descubrimiento, fue considerado por la opinión pública como pretexto o truco demagógico para captar a las masas. Agrega, que su crecimiento se dio en la medida en que decrecía el nacionalismo hasta llegar a su culmen cuando se derrumbó el sistema europeo de la Nación – Estado. Lo anterior coincidió cronológicamente cuando los judíos perdieron sus funciones públicas y su influencia, pero conservaron su riqueza.
Es bien importante la apreciación que hace la autora en este aspecto, pues normalmente se tiene la idea –infundida por historiadores—que el antisemitismo proveniente de los nazis fue simplemente por el odio de la llamada raza aria en su contra. Sin embargo, esto no deja de ser sólo una opinión que recuerda –como lo señala Arendt—a los sofistas con su arte de hechizar a la mente con “argumentos” que nada tiene que ver con la verdad, sino con su doxa, como lo precisa Platón en el Fedro (261), que por propia naturaleza es mudable y válida sólo en el momento del acuerdo y en cuanto éste dura. En esto último recuerda también el parágrafo 172 del Tetetes, del propio Académico.
Es en el cine con Chales Chaplin donde encuentro un ejemplo de lo que Arendt sostiene en la lectura que me sirve de base, ya que Chaplin en 1939- 1940 escribió, produjo, actúo y dirigió la película El gran dictador, por la que mereció la nominación al Oscar en 1940 a Mejor Actor y Mejor Guión.
Ésta es la primera película hablada que hizo Chaplin. Su origen data de 1938 y uno de los papeles que representa es el de Adolf Hitler; realiza una excelente parodia de las ideas políticas, sociales, culturales y económicas del nazismo. Hitler, que con el nombre de Adenoid Hynkel es representado por Chaplin con gran ironía como un hombre inmaduro, egoísta, infantil, inseguro e incapaz de tomar decisiones, así como de gobernar un pueblo. El globo terráqueo con que juega en una de las escenas le explota en sus manos –como fue en la realidad-- y frente a otro dictador, el de Bacteria, Benzino Napaloni, que representa a Benito Mussolini, se achica.
El otro personaje que representa Chaplin en la cinta, es el de un barbero judío que combatió con el ejército de Tomania en la primera guerra mundial y a causa de un accidente quedó amnésico; 20 años después vuelve a casa sin conocer la situación que priva en su país.
Otros personajes complementan el reparto: Garbitsch (de garbage: basura en inglés), representa a Joseph Paul Goebbels, quien fuera ministro de educación popular y propaganda del gobierno nazi y a quien Hitler le encomendó la dirección de la guerra total, el Mariscal Herring evoca al Mariscal Hermann Wilhelm Göring , reponsable de las fuerzas aéreas alemanas, el oficial Schultz, a quien el barbero judío había salvado de morir en la primera guerra mundial y la bella Hannah que, además de otras personas, formaba parte de la comunidad judía a la que pertenecía el barbero.
Desde el inicio de la cinta, Chaplin adopta una estructura dual. Representa al barbero judío que habita al igual que sus paisanos en el ghetto. En este papel permanece callado hasta poco antes de concluir la cinta. Asimismo a Hynkel, quien pronuncia constantemente discursos ante grandes públicos y frente a sus colaboradores en la sede del gobierno de Tomania. Esta dualidad sirve para ironizar la actitud del dictador y a la vez patentizar la miserable vida de los pobres judíos atacados regularmente por las fuerzas de asalto, lo que dará lugar a la reflexión metafísica que se hace al final del filme.
El gran dictador es una crítica severa a las dictaduras de Hitler y Mussolini. Empero, es al mismo tiempo un canto a la esperanza, a la democracia, a la paz, a la libertad y a la felicidad, cuando el dictador es confundido por sus hombres con el barbero.
Al ver la cinta, no puedo dejar de relacionar al personaje de Hynkel con el ironista liberal a que se refiere Richard Rorty en su libro Contingencia, ironía y solidaridad que escribiera en 1989, en el que afirma que el léxico último son las palabras con las que narramos la historia de nuestras vidas prospectiva y a veces retrospectivamente; que es último porque los recursos que se poseen en caso de duda son circulares, siendo una porción de ellos “verdadero,” “bueno,” “correcto” y “bello” y considera por su léxico precisamente a dos tipos de personas: el ironista liberal (que como he dicho, relaciono con el personaje de Hynkel) y el metafísico, que a su vez relaciono con el del otro personaje que representa Chaplin, el del barbero judío, al pronunciar la pieza oratoria --al final de la película-- para celebrar la anexión de Ostelrich a Tomania, donde se refiere a conceptos como felicidad, libertad, paz, tolerancia, etc.
Rorty llama ironista a quien reúne estas tres condiciones: A) Tenga dudas acerca del léxico último que utiliza habitualmente, debido a que ha incidido en ella otros léxico. B) Advierte que un argumento formulado con su léxico actual, no puede consolidar ni eliminar esas dudas. C) Al filosofar, no piensa que su léxico se halla más cerca de la realidad que los otros.
Sostiene además, que lo opuesto a la ironía es el sentido común y que tener éste es dar por sentado que las afirmaciones formuladas en el léxico último, bastan para describir y para juzgar las creencias, acciones y vidas de quienes emplean léxicos últimos alternativos. Asevera, que este tipo corresponde al metafísico en el sentido de Heidegger; es decir, de quien considera la naturaleza intrínseca de la justicia, la ciencia, el conocimiento, el Ser, la fe, la moralidad, la filosofía sin redescribirlas, sino sólo analizarlas con viejas descripciones ayudadas de otras iguales. En cambio, afirma, el ironista es nominalista e historicista, porque estima que nada tiene una naturaleza intrínseca, una esencia real más allá de los juegos del lenguaje de su época.
Después de lo ya dicho, y para una mejor comprensión de la película, sintetizo el argumento en los términos siguientes: Al concluir la primera guerra mundial, un soldado del ejército de Tomania, salva la vida del oficial Schultz, pero a su vez sufre un accidente y pierde la memoria, por lo que permanece internado en un hospital por espacio de 20 años. Amnésico aún, escapa y regresa a su comunidad en donde reabre su barbería, ignorando que el país es ahora gobernado por el dictador Adenoid Hynkel, y que los judíos son discriminados.
Hannah, una joven del ghetto, defiende al barbero cuando es acosado por miembros de las fuerzas de seguridad de Hynkel. Ambos se enamoran y deben sufrir los atropellos de la dictadura al igual que los demás miembros de su comunidad y aunque tienen brevemente la protección de Schultz, que reconoció al barbero, y un corto periodo de paz mientras Hynkel trata de conseguir financiamiento de un banquero judío para sus ambiciones de dominación global, al ser rechazado el préstamo solicitado vuelven las hostilidades en su contra.
Schultz cae en desgracia por encararle su falta de humanidad al dictador y ocultarse con los judíos. La persecución produce que el barbero y Schultz sean enviados a un campo de concentración.
Hynkel decide invadir Osterlich, pero también desea invadir ese mismo territorio el dictador de Bacteria, Benzino Napaloni, por lo que el primero le invita a una plática de carácter diplomático en la que se empequeñece su figura ante Napaloni, y concluye en una guerra de comida y pasteles entre los dos dictadores.
Hannah y las personas del ghetto huyen hacia Osterlich, pero al poco tiempo se inicia la invasión desde Tomania. El barbero y Schultz escapan del campo de concentración del que se encontraban recluídos, al mismo tiempo Hynkel es detenido por error por sus propias tropas y por su gran parecido con el barbero éste será tomado por Hynkel y conducido a dar un discurso sobre el inicio de la conquista del mundo.
Sin embargo, para sorpresa de todos, la pieza oratoria que pronuncia el barbero enfundado en la ropa de Hynkel, es la siguiente:
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